El impecable atardecer, me susurra historias,
no es un atardecer melancólico,
lo observo vestido de tonos brillantes,
iluminando las flores esparcidas,
que respiran profundamente su luz
como si fuesen las palabras propias del amor,
suspendidas en el claroscuro mágico de la tarde.
Envuelto en un amarillo hecho migas,
ingénito de los anhelos que asoman entre las hojas,
presagiando el nacimiento de una caricia,
el beso del viento sobre la mejilla,
o un poema brotando entre las copas de los árboles,
como el epílogo de un libro,
que te enamoro entre versos.
La noche espera con su vestido negro azabache
mientras el cielo presenta estolas de color rosa
los perros de la tarde se asoman por las calles
mientras el latido presagia la conmoción de los sentidos.
Un impecable atardecer, que me susurra historias
que me deletrea poemas alrededor de mis sueños
que me propone parábolas cuando estas en mis brazos