Aprovechando el silencio
que la noche trae consigo,
escucha tu pensamiento,
escucha a tu gran amigo.
Aunque dormido te creas,
él sigue estando contigo,
subconsciente, nunca ausente,
sin dejar de cavilar
como poderte ayudar
a comprender el presente.
Mientras duermes, él cavila,
pasado y presente aúna,
tú descansas, él trajina,
y a tu mente la encamina
para encontrar la fortuna
que te espera en cada esquina.