No eres lo que pedía,
tampoco lo que necesitaba.
Llegaste en el momento en que me sentía perdida,
y sin darme cuenta, empezaste a sanar
lo que no rompiste.
Aunque a veces me cuesta seguir,
cada día te elijo.
Porque me enseñaste a confiar en el proceso,
y a entender que puedo caer, pero siempre volver.
Gracias, gym.
Johana P.
(13/11/2024)