Ricardo Castillo.

Incomprensión de mí

Siempre anduve en la búsqueda

de las palabras que mejor expresaran

la voz que habita en mí.

 

Heme aquí,

esperando que abra la puerta

de ese inefable rincón

que a veces me sabe a noche sin lengua

y otras, al sonido de las olas del mar.

 

Sé que he malogrado sus versos

cuando intento escandirlos;

que no he sido un buen intérprete

y no he sabido hilvanar su cuerpo

con mi lenguaje.

 

Sé también de la benevolencia

de ese indómito ser

que, a pesar de mi obra imperfecta,

me confiesa el infortunio de su dolor,

la ventura de su alegría

y su furia de media noche,

cuando interrumpe mi sueño.

 

Sé, además,

que guarda secretos

cuando me castiga con su silencio

y mi página queda en blanco

por largo tiempo;

yo enmudezco en una tristeza profunda.

 

Entonces releo sus líneas

buscando mis faltas,

e intento reescribir

el pasado incomprendido

de aquel que también soy.