Emilio Barrios

Verdades ocultas con mentiras

A veces ocultamos las mentiras para no desangrar aquellas ajenas heridas.

 

Usamos palabras sutiles y ligeras como una pluma que flota en el aire.

 

Lo que no queremos es destrozar ese corazón que ya está en debacle.

 

No queremos decir la verdad, esa verdad que podría arruinar toda su ilusión, toda su felicidad.

 

Dormimos y despertamos con aquella mentira que de una u otra forma nos condena a ser falsos.

 

Juras y perjuras que nunca has mentido y que la verdad es tu virtud más valiosa.

 

No hay remordimientos, no hay arrepentimientos; miras a los ojos de aquel infortunado sin alterar el semblante.

 

Ocultas la realidad, te muestras inocente a quien le tienes en frente, hasta le das un beso complaciente.

 

Crédulo te escucha cada palabra atentamente, la verdad ahogándose por la mentira no intuye.

 

No tiene de qué preocuparse, confía; podría quemarse la mano por ti; daría la vida si fuese necesario.

 

Sin embargo, si supiera que la mentira está en cada palabra, que hasta la sonrisa que ve es falsa, le dolería hasta en sus cenizas.