Siento tu pecho en mi espalda,
a tu corazón latir
después de oírte gemir,
que más me puede hacer falta.
Me susurraste al oido
un te quiero a mi abrazada,
que voló como un suspiro
para anidarse en mi alma.
Luego siguió una mirada
y una pasión que era fuego,
tras esa noche de amor apasionada
llegó con la poesía mi sosiego.
Déjame decirte con mis versos
aquello que no te he dicho con palabras
quiero adornar tus caricias y tus besos
con un poema donde abunden las metáforas.
Si tú cuerpo fuera cárcel
y tus brazos, mis cadenas,
inspirado con la pluma en el papel,
cumpliría mis condenas.
Classman