Yeshuapoemario

El amor todo lo cree (1 Cor. 13:7).

 

En el tejido de la vida, el amor es el hilo dorado,

que todo lo cree, en cada alma, en cada morada.

No es ciego, sino vidente, en la bondad se enraíza,

y en el jardín de los corazones, la confianza se fertiliza.

 

Como el alba que despunta, la confianza va creciendo,

con cada acto de bondad, con cada gesto comprendiendo.

No surge en un solo instante, sino en el tiempo se halla,

como el río que fluye, sereno, sin que nada le atalla.

 

Conozca a sus hermanos, en la fe y en la oración,

en la charla sincera, encuentre la conexión.

En la obra compartida, en el servicio abnegado,

la confianza se fortalece, y el amor es afirmado.

 

La paciencia es su aliada, en el camino de la fe,

dando tiempo a las personas, para que la verdad se vea.

Si el desconocido llega, con cautela se procede,

pero con el tiempo y la charla, la confianza sucede.

 

Y si la traición asoma, en el lienzo de la fraternidad,

no se apresure a juzgar, dé tiempo a la sinceridad.

Que no sea la acción de uno, la que a todos condene,

sino que la esperanza y el amor, 

sean lo que siempre prevalezca y se mantenga.

 

Así, en la danza de la vida, donde cada hilo se entrelaza,

el amor es el maestro, que a todos abraza.

Cree en el bien, en la promesa de cada amanecer,

que en cada corazón, hay un tesoro por conocer.

 

Porque el amor todo lo espera, todo lo soporta, todo lo cree,

en el vasto universo de la humanidad, donde todo puede ser.

Es el faro en la tormenta, la estrella en la oscuridad,

el amor es la eterna melodía, que en cada pecho, quiere cantar.