(Octavas reales)
Pinta la tarde su melancolía
en lo alto del azulado horizonte
y el eco de las risas me seguía
yendo a la par del canto del cenzonte
más tarde nuevamente a mi volvía
y se perdió allá, allá detrás del monte
la risa bullanguera del estío
me recordó un pasado cruel, sombrío.
Y sintiendo el correr del manso viento
que acariciaba leve mi cabello
la dicha revestida de tormento
se postró rebelde sobre mi cuello
vi aletear al ave ese momento
después caer inmóvil sin resuello
su corazón rumiando de amargura
fue traspasado por la cruel conjura.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.