Hernán Mejía Silva

UNA PEQUEÑA BALSA

Recogí un puñado de sueños esta noche,

algunos mares, muchos deseos,

con todo y sus agitaciones,

los dejé romperme, con sus colores,

proyectarme en sus mareas…

perderme, en sus vapores.

 

Este limbo extraño que llamamos anhelo,

que se tiñe oscilando entre las fantasías y el desvelo,

yo lo navego en mi pequeña balsa,

que no es más que un corazón que no se cansa.

 

Llegué a un barco que transportaba un bosque,

entre esferas lumínicas con su melancólico toque,

¿Será la belleza en la vacuidad que me está hablando?

volteé a ver el otro extremo,

la vida en pleno,

con su secreto,

revelándose completo,

me acerco a verlo remando en ella:

mi pequeña balsa, ¿es almohada, o estrella?;

desperté…