Se cuentan las estrellas en la claridad de tus ojos,
reflejando los destellos del sol en las olas,
donde se escucha la voz de las mareas,
que proclaman libertad, sin palabras, sin verbos.
Es el reflejo de la luna en tu iris,
como templo eterno del viento,
de mariposas que se esconden en tus párpados,
de lluvias que humectan tus sueños.
Una tempestad de anhelos se guarda en tus pupilas
llenos de besos con sabor a esperanza
abandonados al mediodía
disfrutando la montaña, las planicies y los campos
fascinadas con caballos alados
que corretean los caminos.
Pupilas de amor sin llanto
susurrando versos, inspirando el canto
murmullos de un hombre nuevo
de una madre sin descanso
acompañándote en el viaje
de tu inocencia y tu encanto