El café se enfrió,
se quedó esperando tu llegada
aquella fría mañana
en la que prometiste volver,
no sucedió.
Y ahora mi alma
entristecida llora en silencio
la soledad la abraza,
le duele tu ausencia,
la ilusión poco a poco se desvanece,
tantas promesas sin cumplir
lo que pudo ser ya no será,
nos sobraban ganas
pero pudo más el maldito miedo.