Momentos que se congelan,
Recuerdos que te paralizan,
Emociones que nos asfixian.
Hay veces cuando la vida se reduce a una sola sensación,
Cuando te hundes en miseria,
O en una fantasiosa ilusión.
Hay momentos grises que en aburrimiento vives,
Hay recuerdos felices distantes entre sí,
Hay días y noches que no se distinguen,
Y seres queridos que ni son conocidos.
Hay momentos llenos de color,
Que cuando el tiempo pasa,
A veces se destiñen,
Y es cuando la nostalgia te deprime,
Cuando no hay frío ni calor,
Solo un vacío que se expande,
Un abismo abrasador,
Que consume tu interior.
Y es cuando sientes un profundo dolor,
Que razón ni sentido tiene,
Ninguno que valga en el exterior,
Es tan solo una sensación,
Aquella que te avisa que el tiempo se acabó,
Que lo que cuidaste con recelo tal vez caducó,
Que es momento de avanzar quizás en otra dirección.
Caminando sin rumbo como al inicio comenzó,
Cuando el horizonte no era lejano ni cercano,
Tan solo un paisaje más,
Sencillo de admirar,
Sin sentir esa presión de llegar,
Sin sentir que pronto te vas a desmayar.
Sentimientos inquietos,
Dudando de su valor,
Quemando recuerdos,
Buscando hacer arder la emoción.
Palpitando lento,
Cómo vivir dentro de un sueño,
Del que no puedes huir,
Ni sentir la lucidez que tanto anhelas poseer.
Palpitando rápido,
Cómo en una pesadilla,
Que consideras el hogar que no puedes abandonar,
Por haber cadenas y púas atadas a ti,
Que aunque duelan,
Son la única prueba de pertenecer a alguna parte,
Aún si ese lugar,
No te reconozca a ti.