Hernán

No sirvo para nada...

Entre las palabras y los gritos desesperantes,

de este amor que se acaba; vive en mi alma desgarrada

el recuerdo de mi padre.

Un hombre fuerte pero violento;

quien cuando era niño vivio un mal tormento,

donde con golpes y patadas; recibia amor del abuelo.

Eso , lleno su corazón de odio y de desesperanza;

y cuando me tuvo como su hijo, vio una luz de añoranza, pero...

Mientras iba creciendo tomo la misma actitud de mi abuelo;

y entre gritos y patadas me decía; asi se criaba en mis tiempos.

Palabras duras, golpes fuertes, entre manotazos y correas; así despertaba.

Ahora e crecido, pero soy un hombre sin fe ni esperanza;

el dolor de esos recuerdos me aflije, y pienso que no sirvo para nada.

Se que llegará algún dia mi partida; 

se que se apagará mi mirada,

solo me llevo el recuerdo, que mi cuerpo aguantaba.

Acaso en verdad, no sirvo para nada...