Hola DE... ¿Como estás?
Quería contarte que la última vez que intenté, comprar un terrenito en las puertas de un corazón,
el último pedacito ya estaba vendido. Anduve un tiempo preguntando
quien era el dueño, y cuando lo encontré, me dijo que por nada lo vendería.
Y al tiempo me enteré, que lo había vendido por nada.
Lástima, estuvo un tiempo baldío y lleno de yuyos de olvidos, pero cuando me avisaron, ya lo habían comprado otra vez.
Fue mi destino el llegar tarde. He pasado muchas veces en frente del terrenito, y siempre me lo imagino con un bello castillo construido en él, yo lo hubiera adornado con matizados y olorosos jardines de Fresias y lirios adormecidos, en la penumbra del pórtico, donde la soñé acunando un retoño de ojos azules, en una vieja mecedora que yo quería comprarle en secreto para ella; recuerdo que la vi en un remate a la vuelta de mi casa, que según me contaron, fue de una anciana alemana, que murió en ella una tarde de un lejano abril, cuando el sol fracasaba en calentar una tarde desmayada de aburrimiento.
Dicen que el sol la besó, en los surcos de su antigua frente de esperanzas perdidas por última vez y en silencio ella se quedó, a la espera, de que alguien la llevara a su descanso final; cuando me lo dijeron, me dio como cosas, pero al final entendí que no hay mejor muerte que esa, morir en una tibia tarde de abril tranquilamente, acunando sueños que te acompañarán en el más allá.
Siempre me pregunto cuando muere alguien, ¿Como habrá sido su primer llanto en este mundo? Cuál es la razón de esta pregunta no lo sé, soy de preguntar naturalmente estupideces.
Volviendo al tema, te sigo contando que la casita que construyeron, a mi modesto entender no es gran cosa, no es fea, pero sufre de oscuridad, tiene pocas luces y muchos rincones oscuros, rara vez se escucha que hay fiesta y lo que es peor no he visto niños correteando en ella.
Y yo que pensaba dejar mucho patio para que los niños no se chocaran entre ellos.
En fin.- Que se le va hacer.........
¿Pero que pasó esta mañana? No sin antes, de mirar hacia todos lados, tuve que alzar mi corazón que yacía en el suelo lleno de tierra entre mis pies, cuando al pasar por el frente del terrenito, leí un cartelito chiquito con letras pintadas a mano, con pintura roja toda chorreada, que decía
SE VENDE.
¡Vaya! -Dije, lo que faltaba, no tiene teléfono ni dirección ¿A donde preguntaré? ¡Qué lástima!, pero al acercarme más, pude ver debajo, en otras letras mas pequeñas que decían TRATAR AQUÍ.
Y vacilante y temblorosamente me acerqué, para golpear aquella triste puerta de color gris tiempo; pero en ese momento, alguien me dijo a mis espalda, con voz inconfundible, señor es usted el primero que pregunta por la venta, y paralizado me quedé, hasta que esta persona acabo diciendo lo siguiente.- Que a pesar que las condiciones de la casita no eran las mejores, aún conservaba un buen precio, y sin darme vuelta le respondí, que la casa no me interesaba, que yo quería el terrenito, porque aún en mis sueños, estaban intactos como recién hechos, los planos de aquel castillo de la bella durmiente y su príncipe esperado. ¡Yo sabia.......que algún día volvería a pisar esa tierra encantada!, para cumplir con el final del cuento.
Si algo tienen los príncipes de príncipes, es que saben esperar el final de los cuentos.
La tomé de la mano y sin levantar mi cabeza, caminamos unos metros y fue entonces, cuando al levantar la vista quedé deslumbrado por el resurgir del sol de mis deseos de vida, detrás de esos ojos de cielo, pintados con el pincel del tiempo presente, embebido en el añil de sus sueños renovados,
Chau DE: Ya no te mando cariños porque se que tú también eres propiedad privada.
LE MONT.