Con el tiempo tuve que aceptar que ese amor no era mío.
Que la necesidad humana por sentir la tibieza de unos labios, pronto llamaría a su puerta,
Que un día la sonrisa se iría desilachando dejando entrever lo estúpido que es vivir de una ilusión.
Y tuve que entender, de tanto chocar con la pared
Que me estaba lastimando.
Soltar no es fácil, transitar un duelo sin morir en el intento tampoco.
Y aunque aún parezco por dentro y duelo,
Prefiero observarlo desde las sombras de este patio.