En el mar de la nostalgia
naufrago sin tu presencia,
me castigas con tu ausencia,
me provocas gran neuralgia;
se entristecen cuerpo y alma,
y me invade la demencia,
inevitable sentencia:
perder la razón, la calma;
entre lúgubre sendero
sobre abrojos, entre espinas,
raudamente todo pasa;
acongojado me muero
ondas negras y opalinas
con su veneno me atrapan...