Si el amor se hace rutina
y el deseo se hace hueco
será como un árbol seco
pues sin frutos, se termina.
Si el amor se contamina
y la relación satura
se intoxica la ternura,
las caricias y la entrega.
Y el veneno que despliega,
lleva siempre a la ruptura.
Si el amor no se renueva
como el sol de la mañana
que se filtra en la persiana,
a la oscuridad conlleva.
Si el amor es luna nueva
no tendrá su luz radiante
y nunca será brillante
con valor del alto aprecio;
ni tendrá elevado precio
del que tiene un buen diamante.
Si el amor no se alimenta
ni se abona ni cultiva,
es difícil que perviva
cuando nada lo sustenta.
Si el amor no se cimienta
como el roble en sus raíces
se vendrán las cicatrices
como ramas deshojadas
y las lágrimas lloradas,
serán llantos infelices.
Si el amor tú lo complaces,
con detalles muy genuinos,
no harán falta pergaminos
que presuman los enlaces.
El amor nunca disfraces,
con lisonjas ni mentiras.
Es mejor cuando respiras,
ese aroma a sentimientos
que refuerzan los cimientos
por quien amas y suspiras.