Otoñal la peregrina
asperge sobre cipreses,
toda su bondad divina
en diamantinos torrentes.
La lluvia asoma insistente
humedeciendo el entorno,
vuela el mito del otoño
por senderos entre bosques
mientras tanto el horizonte,
alfombras tiñen de antojos.
Contrastan tantos colores
de las más diversas hojas,
que al vendaval se abandonan
junto al enigma del ocre.
Deslumbran los tornasoles
entre perlas de rocío
y en el ocaso amarillo
con toques de rosicler,
obstinado en su placer
se escapa un dulce suspiro.
Sopla el viento, surte el ritmo
del enigma suculento,
mientras el bardo bohemio
pacta con el verso amigo.
Es su tintero genuino
sin censuras ni trastiendas,
solazando con sus letras
cada instante que merita,
agradecer a la vida
los espacios compartidos.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul