Carlos Eduardo

E X T R A Ñ O S (María Santamaría)

La belleza, frágil

 

Jóven desconocido, 

te había escuchado al pedir café

sentado enfrente a mí;

 

apostaste;

 

yo, una extraña;

 

aunque bien pensado,

tenías intención de leer,

nadie molestaría

a dos de ellos,

indiferentes;

 

pero, la noticia te sorprendió;

 

tu voz era varonil y pausada,

imaginé a un poeta en el parnaso;

 

yo una concomitante,

misteriosa, indescifrable,

mujer.

 

Lynda Ph.