Hoy sangran mis heridas,
en silencio, sin ruido,
no me siento solo,
pero tu ausencia me ha herido.
Cada recuerdo es una espina,
clavada en mi corazón,
tu risa,
tu mirada,
son ecos de una canción.
El tiempo pasa lento,
cada segundo es una eternidad,
tu sombra me persigue,
en cada rincón de mis pensamientos.
No hay palabras que consuelen,
ni lágrimas que alivien,
solo el vacío que dejas,
el dolor que no se olvida.
Pero en el fondo,
sé, que algún día sanaré,
aunque tu ausencia me duela,
en mi memoria vivirás.