¿Por qué le temes al amor,
si es un juego en el que ambos ganamos?
Deja que la duda se desvanezca,
que tus labios hablen, aunque tiemblen tus manos.
No temas a la tormenta que traigo,
es lluvia que moja y enciende la piel.
El amor no siempre es un riesgo,
a veces es salto y a veces red.
Mírame, no escondas la mirada,
no finjas que el deseo no está ahí.
Es un secreto que danza en tus ojos,
y yo quiero ser el que lo haga salir.
¿Por qué le huyes a este fuego lento,
si sabes que arder no es morir?
Ven, juguemos al arte del roce,
a perdernos y luego a vivir.
Te invito a un viaje sin mapas ni leyes,
donde cada caricia es un descubrimiento.
Deja tus miedos colgando en la puerta,
que el amor no es cárcel, sino un juramento.
Ríe conmigo, suspira, delira,
que el amor es danza, deseo y razón.
¿A qué le temes si en este instante
ya late por mí tu corazón?