Yalibari

Recuérdame

Si olvidara  que tu conocimiento es más grande que el mío, recuérdame que en el vientre de mi madre tus ojos me vieron, vulnerable como pétalos de rosa, y fijaste el día en que  abriera mis ojos al mundo, solo por tu gracia.

 

Si el olvido visitara mi hoguera y vertiera el orgullo en mi pecho, recuérdame que  soy polvo ante la majestad de tu presencia, porque es niebla mi vida, ave de paso que vuela  hasta hallar en el horizonte su destino.

 

Si llegara a olvidar por un instante, que en el valle de lágrimas callaste mis quejas con  la melodía de tu voz, recuérdame, por favor, que eres mi luz en plena noche, mi manto, mi cobija y el agua fresca de mi alma sedienta. 

 

Si un día olvidara mi humanidad y el corazón de ingratitud se vistiera, recuérdame que de ti dependo, para vivir la brevedad de unos días y toda la eternidad a tu lado.

 

¡Recuérdame, Señor,  te lo suplico! que  el recuerdo de tus obras queme mucho más que el olvido.