Te pido disculpas;
por haber envejecido,
porque mis parpados han caído,
porque mis carnes ya no son firmes;
las mueve el viento,
porque mi aliento ya no es fresco;
agrio lo siento,
porque mis cabellos son blancos
y escasos como gratos recuerdos,
porque recorro escasos caminos
y transitarlos me arrebatan mucho tiempo,
porque en ocasiones olvido tu nombre
y el mío, a veces no lo recuerdo,
porque lo que fui alguna vez,
hoy día no lo represento,
porque mi andar y vida es cansada,
lenta como el tiempo,
porque ya no te amo
y me agradaba hacerlo.