Qué sentido tiene
desentrañar el misterio
de la caricia del alba
que viste de rocío mis labios con un poema,
para qué, si
todos tus juicios
tergiversan el sentido de mis metáforas.
En mis manos, las palabras
son de piel,
el viento me ocupa el alma,
y la profundidad de la mirada
me cristaliza en seda de sentimientos.
Pero nunca entendiste nada.
Y así el silencio confinó tu esencia
a las frías cenizas y a las sombras.
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