Bella provincia de Tucumán,
hermosa por su espesura,
por sus valles de Tafí Viejo,
donde la historia late.
La casa de Tucumán,
testigo mudo de la gesta,
donde un puñado de almas,
con alma noble,
dieron un paso hacia la libertad.
Hoy te conmemoro, Tucumán,
te recuerdo como el jardín,
que florece con las danzas,
de tus mujeres, hermosas,
con movimientos que evocan la tierra.
Y te escucho en los cantos,
que resuenan como el corazón,
de una provincia,
tus fiestas, como la explosión,
de color de un carnaval.
Cada provincia tiene su encanto,
pero tú, Tucumán,
tienes tus propias maravillas:
los valles, que se abren,
como brazos de bienvenida.
¡Eres bien dulce, Tucumán!,
tierra florida,
de nobles paisanos,
que con sus manos trabajan,
la tierra y te dan vida.
Eres un crisol de culturas,
con la calidez del sol,
que te baña y la fuerza,
de la tierra que te sostiene.
Tus tradiciones, parte de tu alma.
¡Un poema a Tucumán,
una oda a la tierra,
que late con pasión,
y que nos recuerda,
la importancia de honrar nuestras raíces!
Autor: Eduardo Rolón