Vito_Angeli
Peligro abordo
El tren seguro llevaba un ritmo muy apesumbrado
mientras las horas hacían un acompasado juego.
Todos los vagones llenos aunque parecían inhóspitos
pues sus luces prendidas matizaban un oscuro fuego.
Mire mi reloj cuando se aproximaba la medianoche
resultando casual que las agujas igualmente pararan.
Mi mirada cambiada cruzó la ventana hacia la noche
buscando señales que los pensamientos iluminaran.
El maquinista avisó que se manifestaron desperfectos.
El viaje se demoraría un poco mas de lo esperado.
Sin control, mi esposa inquieta caminaba por el efecto
de hacer un viaje extendido sin haberlo deseado.
Saqué el monóculo y mi mano el London Times tomó
olvidando por un instante todo lo que nos sucedía.
Después de leer tres páginas variadas la luz se apagó
Mi pulso derecho me avisaba de algo como profecía.
Desde el principio, había ocupante del último vagón
quien traía la observación de ser pasajero extranjero
Su ropa atípica mostrada vestía con armas de matón.
Un aire de lejanía oriental reflejaba su mirada de acero.
La gente no soportaba más la expectativa generada
y se quejaron de ello con el maquinista sobrepasado.
Me encontraba congelado , sediento por la intriga
de conocer cual era la intención del visitante alertado.
Aunque fuera falsa alarma , tome mi Colt y partí
hacia el último vagón sin decirle nada a mi esposa.
Justo antes de llegar a la puerta un calor interno sentí.
Aviso de atención figuraba por alguna extraña cosa.
Al golpear la puerta del camarote no respondió.
Preparé la pistola y cuenta hasta diez imaginé.
Al tirar la puerta, nadie había adentro resultó.
Así menos entendía lo que del oriental sospeché.
Dubitativo salí rápido para buscar a mi esposa
pero al llegar al camarote, la sorpresa fue muerte.
Su cuerpo sangrado, sin vida, de forma desastrosa
por el suelo. Fui con el maquinista para mi suerte.
En la caldera, un cadáver más: en pedazos cortado
el maquinista muerto hacía las veces de leño humano
a lo que mis ojos se perdían por lo que había pasado.
Mi alma temblaba queriendo huir de mis manos.
Decidido por ponerle un fin a esta masacre vivida
junté coraje y recorrí todos los vagones para ubicarlo.
Cada vagón que pisaba, más cuerpos tirados sin vida.
El razonamiento quedó excluido, solo quería matarlo.
Hasta que finalmente se cruzaron nuestras presencias
Mi arma firme y voluntad fija, lo embestí hacia fuera
quedándose agarrado de la escalera de emergencia.
Nunca se imaginó de mí por su confiada ceguera.
Manotazos y forcejeo entre ambos sin ceder ninguno
Mi respiración faltaba por lo fatigado de los golpes
El tren estaba a punto de cruzar un túnel oscuro
La lucha se dificultó por la fría helada de los montes.
Mientras cruzábamos el túnel pude de él esconderme.
Subí al techo antes que la luz se hiciera nuevamente
El asesino confundido empezó a revisar para verme
mientras desde arriba esperaba la señal de mi mente.
Al cruzar la unión de los últimos dos vagones salté
encima de su cuerpo no poniendo resistencia alguna
Sobreviví pues de una patada cayó al vacío y lo maté.
Pero esta tragedia mi memoria enterrará en sus lagunas.