En medio de estos días grises
donde no hay acuarela
que avive el color de mi desesperanza,
Mi pecho se sobre exalta,
mis pensamientos colapsan
y el nudo en la garganta
cada vez más se ensancha.
La ilusión me abandona
y el karma se asoma,
cuasi una horma que da forma
a la vida y a sus normas.
a veces veloz y a veces demora,
más siempre llega la hora
en la que voltear a ver hacia atrás
de nada funciona y solamente descoloca.
Exasperado,
exhalando moléculas de angustia
y respirando párticulas de optimismo,
encadenado y adherido
a esta indolente necesidad cautivo,
socorreme Dios mío,
de esta pesadilla en la que hoy vivo.
La ira crece,
mis anhelos se desvanecen,
lo absurdo me enmudece
y el terror se encrudece,
dentro de mi indescriptiblemente crece
el deseo constante de que esto cese.