Mirándola fijamente a los ojos,
que ella cubrió con temor,
los hombres de la razón
le preguntaron que sí tenía sentimientos
de simpatía por el suicidio.
Sonriendo con los labios
que usó para besarme
en el lago volcánico de la juventud,
ella les respondió:
\"Yo soy la mujer santa,
transportadora de la llama original
del conocimiento sin tiempo\".
HuGóS | 9-6-2012 | 3:45 p.m.