Me habían cortado la luz, no sabía que estaba impaga, confié en el compañero de piso, que lo había hecho. No vi la factura y cuando quise prender la luz, a la mañana no teníamos electricidad. El se había ido de viaje. Tenía el hogar para mi sola y a oscuras. Con las primeras horas del día y sabiendo que no podía arreglarlo , antes del mediodía , por la diferencia horaria, llamándolo para saber si se haría cargo de lo que correspondía. Interín, me puse a ordenar lo que usaba de biblioteca. No era propiamente en sí, pero le había dado ese uso. Me encontré con un montón de libros, que me parecieron interesantes en su momento y que cuando tuviera tiempo los leería. Cosa que no aconteció, algunos ni me acordaba, de que se trataban. Porque habían sido adquiridos por regalías y quedaron allí, uno encima del otro. Como las horas pasaban muertas, encontré, entre sus páginas, una foto. Qué recuerdos, me vinieron de sopetón! Era Juan Ignacio, un chico que conocí, por un par de días y que había prometido el oro y el moro. Cuando yo quise, visitarlo, porque eran pascuas. Me dijo: Lo siento, no quiero hacerte daño ni a ti, ni a la persona con quien estoy. Tan poco duró ese amor?-Un suspiro intenso. Porque yo le creí. Me despertó sueños, de una vida juntos. En mi imaginación , ya me había visto viviendo, en la sierra con él. Trabajando juntos, en lo que mejor sabíamos los dos, mentir
(rosi12)