Te busco en la luz,
en el borde del aire
donde tus ojos
dibujan ausencias.
Te llamo sin palabras,
porque el silencio
es tu idioma más claro,
la música que dejo de oír
cuando no estás.
Tu sombra no pesa,
es un vuelo que sigue
detrás de mi sombra.
No sé si camina o espera,
pero siempre está.
Eres el eco
de una ola que vuelve,
suave, sin romperse,
y, sin embargo,
me inunda entero.
Quiero quedarme en tu huella,
en ese instante sin tiempo
donde lo invisible
se hace carne,
y el amor
es un secreto que se toca.