No tiendo a pensar que soy mi mejor opción
en el infinito de alguna imaginación divina
sí me permito ser menos que un ángel
a quién imploro protegerme
Viajan los recuerdos por el efecto del sonido
la música me recuerda temporadas donde todo hogar era toda cárcel
tiempos donde la posición horizontal de Mann dejó de ser inadvertida
deseo esperar lo mejor de mí
Y que mientras se converse sobre las frutas en peligro extintas
pueda llevar a mi mente un poco más de luz por cada oración
aunque por momentos deba resistir un poco más con el cuerpo
honduras de dolor físico
Tener la facilidad de una sonrisa por las mañanas
aceptar el cambio que llega improvisa e improvisadamente
tolerarse así mismo
tolerarme a mí mismo
Todo día es una esfera erosionada bajo una luz caprichosa
con la mesa ante nosotros
con la misericordia de la propia vida
a pesar de nuestra carcomida lengua