Para cosechar el intelecto, no necesariamente la persona tiene que ser un sabidillo(a).
En este caso, hablamos de intelecto cuando estamos hablando con el parentesco del presente, invocando al pasado para no detallar la fuente.
Si se vive en la intimidad de sociabilizar con uno mismo, no será la situación de \"necesitar\" la necesidad.
El pasajero siempre es pasajero cuando quiere salir de su instancia, que lo hace ser distinto(a) durante el trayecto o la instancia.
Sabe besar lo que es libertad sin que salga ningún colmillo. El intelecto siempre ronda cuando hay alguna rutina en que se demuestra quién podría sumar y por qué no restar, para que una división sea la respuesta.
El acto de poseer o desechar. Lo llamo punto A o punto B. Aunque ambos van de la mano, se tiene que generar un patrón, un \"para qué\", donde se da a conocer el patrón para el punto A y B, pero hay que acostarse con las sábanas y no con las cortinas.
Vas a ser el saltígrado. —¿Por qué saltigrado? —Porque a veces el solo hecho de tener algo a veces es la puerta donde dice: \"aquí estoy\".
Llámalo quizás intelecto…