Bajo el eco de tu sombra
En el rincón más hondo de mi ser,
donde los suspiros callan y el silencio arde,
te hallo, refugio de mis días,
destello de luz entre las sombras.
Eres como el viento que acaricia las hojas,
invisible, pero presente en cada rincón,
y yo, errante, sigo tu rastro
en la bruma de este eterno horizonte.
Tu nombre resuena en mi pecho,
un compás que guía cada latido,
y aunque el tiempo insista en separarnos,
mi alma te guarda, eterno abrigo.
Déjame ser el eco de tu sombra,
el susurro que abraza tus sueños,
pues en este laberinto llamado vida,
tú eres la salida,
mi dulce consuelo.