Nunca llegues tarde
a esa palabra
que alguien
te pide,
ni al perdón
que
debes pedir
por tus faltas
de antaño.
Nunca llegues tarde
a los
besos salvajes
que te brindan
los labios ajenos
de una
mujer seductora.
Nunca llegues tarde
a tus propositos,
porqué
otros
te entretengan
Se que no cantaré
en Broadway
como tampoco
lo hizo
aquel loco poeta,
pero
al menos tendré
la satisfacción
de saber
que
jamás
llegue tarde
al lugar
que quise alcanzar...
El Huagiro.
Madrid, Noviembre del 2020.