Como un gemido suplicante,
Han surgido en mi memoria,
Inquietudes delirantes,
Y puedo percibir,
Una mirada tan triste,
Un gesto desinteresado,
En un mundo convulsionado,
Donde una lágrima muda brota,
El silencio implora:
Piedad señor,
Por ese universo indiferente,
Que trastornado vive absorto,
En los cotidianos días del desamor,
Libertad??
Donde hallarla?
Si el odio se debate en batalla,
Contra al amor.
Cruzados de manos,
Impávidos miramos pasar,
Al que sufre y se lamenta,
Para luego decir,
Pobre de aquel o de este,
Como si el recordarlo,
Diera alguna solución al desvalido,
Buscando entre los trapos viejos,
Creemos recibir indulgencias,
Por pecados del pasado,
Donando a quienes llamamos,
Vulnerables,
Unos cuantos vestidos,
Pasados de moda,
Y nos queda la gran satisfacción,
De que hemos hecho,
“Una hermosa obra social”.
Humanidad?
Lejos de ser humanos,
Hemos perdido el horizonte,
Sumidos en los deseos individuales,
Ser primeros,
Mejor puntajes,
Más elegantes,
Mejores vestidos,
Y hasta se debaten,
Entre el más inteligente,
Jamás se oyó decir,
Un concurso al amor,
Pues bien,
Que gane el premio,
El corazón más dispuesto,
Desprendido de sí mismo,
Menos arrogante,
Humilde,
Y dispuesto a dejar las envidias,
Y los malos deseos,
Broten sentimientos,
Renazca la bondad,
Que las sonrisas sean francas,
Que en el jardín del alma,
Halla un rosal para compartir,
Con aquel que necesita,
Y que la luz que nos ilumina,
Sea un reflejo,
Para quienes aun,
Vivan en tinieblas.
Colombiana