Hernán Mejía Silva

MI PETRICOR

Es este cristalino aroma,

con su frío aterciopelado,

y su tacto abandonado,

la esencia que me acaricia.

 

Por cada mirada hay un amor,

pero también una traición con malicia,

cuando el sol repentino se asoma,

y se roba sin reparo mi petricor.

 

No necesito hacerme a un lado,

tampoco crecer olvidado,

pues hay tanto en esta calma,

que de la frescura emana.

 

De verso directo,

con rima asonante,

yo también soy distante,

por ser imperfecto,

pues dejo su ficción,

y me quedo con la emoción,

la mirada rosicler,

aquella de un ayer,

de este esplendor,

y siempre, siempre…

mi petricor.