Me encuentro despejando
alientos vespertinos,
me acomodo en la almohada
como una pluma que ha perdido
su ala en pleno vuelo hacia la nada
hacia lo desconocido del alma.
Con mis propios sentimientos
en un océano de ensueños,
escribiendo palabras que buscan un verso,
dentro de un universo donde solo
un cuerpo tiene cabida y lo tiene
atrapado con cadenas de pasiones
que viajan en la sangre rociadas
de plaquetas que impiden que
revienten las venas.