Lágrimas dulces en tus ojos,
como perlas en la aurora,
que descienden, sin enojos,
y mi alma atesora.
Son tus lágrimas un río,
un susurro en la penumbra,
una brisa en el estío,
una pena que no alumbra.
Lágrimas dulces y serenas,
como lluvia en primavera,
que ahogan todas mis penas
y en tu pecho encuentran era.
En tus lágrimas hallo calma,
una paz que no se olvida,
y en ellas descansa mi alma,
dulces lágrimas de vida.