¿Dónde estás, bella Orquídea, flor divina,
que el alma busca en noches de desvelo?
Tu aroma habita en el callado cielo
tu sombra danza en la luz que domina.
¿Eres susurro de la luna peregrina
o un sueño escrito en las aguas de un anhelo?
Tu silueta vibra, como un dulce velo
pero se esfuma, fugaz y cristalina.
Te busco en cada rincón de la aurora
en el eco del viento que enamora
y en el suspiro de la brisa perdida.
Oh flor sagrada, mágica y etérea
que al corazón llenas de vida seria
¿eres un hada, o eres verdad escondida?
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(Estrofa del Poeta Freddy Kalvo)
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Te echo de menos, Orqui Valdes, bella orquídea morada, como se extraña el primer destello del amanecer en una noche sin fin. Eres la luz que colorea las sombras, la fragancia que calma el alma y el refugio donde las emociones encuentran su hogar. Sin ti, el mundo parece más gris, como un jardín que ha perdido su flor más hermosa. Te busco en los susurros del viento, en los rincones de la memoria, donde tu presencia aún brilla con la intensidad de un fuego eterno. Cada pétalo tuyo, tan único, guarda la promesa de
que trasciende el tiempo. ¿Dónde estás, orquídea morada? Sin ti, el corazón late con la nostalgia de lo eterno, sin tus versos espirituales llenos de fe y entrega divina.