Cuando vuelvas, será tarde
a lo mejor el alma adolorida
se habrá resignado a dejarte;
porque este corazón en mil pedazos
quedará inútilmente destrozado.
Se perderá el verano;
el viento con estrépito huracán vencido
impregnará tu recuerdo con feroz ironía
acarreando en sus huellas una pasión oprimida.
Habrá pasado el invierno,
dejando en mi semblante una lluvia de lágrimas
que inundará mi horizonte,
acabando sin estupor mi clamor tierno.
El ocaso se habrá extinguido,
me quedaré sola, sintiendo que el firmamento
esconde los fieles testigos de un juramento
sí, de ese juramento que ya no tiene sentido.
Cuando vuelvas, no esperes encontrarme
con la mirada de amor que antes te brindaba;
pues mis sentidos estarán inertes
contemplando la tristeza de un amor agonizante.
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia