Josué Gutiérrez Jaldin

“BRUJAS MARGINALES”

 

Me encuentro rodeado de estas,
Picos sin moral; una es muy anciana, la menor muy gorda y criticona, y la mayor… bueno, en su momento fue la más bella… ah, sí, tiene un hijo, un buitre, un buen amigo…

La anciana es muy trabajadora y prejuiciosa; es un diantre de humildad y vulgaridad… su rostro de bondad no te ha de engañar ni confundir, puesto que su pasado y sus viejos amores empocimados son extraños y ordinariamente extraordinarios…

La menor es un castigo divino, su cara llena de arándanos a punto de explotar, es raramente difícil de creer… Soberbia y reacia, siempre traumando al joven buitre; creo que se casará con un orco o un ogro, algo así… Dudo mucho que sea feliz, puesto que lo que hizo con su hermana e hijo no se perdona ni aquí ni del otro lado…

La mayor está muy demacrada… en tiempos lejanos fue la más bella y deseada del pueblo; sus pasos, casi perfectos, su forma de bailar, que te hace bajar y subir del infierno al mismo cielo… Cual joya reluciente y tentadora, hoy no es más que alabastro deteriorado y envejecido…

El buitre, hijo del alabastro roto, vuela entre sus sombras, alas de tinta;
herido por el juicio de la gorda, la anciana lo observa, su silencio es cincel;
la bella marchita susurra secretos, un trío de destinos, atados por el viento;
en un vuelo circular, de culpa y redención, buscando en la poesía un nuevo comienzo.

En fin, su hijo, el buitre, suele volar conmigo en versos pintorescos e imaginarios… Queriendo escapar de su realidad por un lienzo de estrofas, adheridas a su hondo dolor, y sin sentido busca la razón en la lógica de la indiferente realidad como la de las “BRUJAS MARGINALES”…