Versos de la Locura - Extracto
II
Qué astuto ardid trama con cautela
la férvida ansiedad tajante y mísera
que se corrompe activa y sin tregua
un contrarío pulsa los esquivos tictaces
quiere herir el recorrido curvo y desvarío
pero la aguja insuficiente traza su asedio
si un sólo un tiempo se quedase
a parecerse a su imagen única
si sólo un tiempo no fuera fugaz
su vuelo agita con alas resueltas
con sus crujientes huesos bruscos
con un vértigo descuajado y presto
y se eleva con el viento voraz
desgranando la adusta memoria
con impasible y festiva impiedad
si sólo un tiempo repitiese su forma
el filme labrado de un gesto radiante
si sólo un tiempo durase en su arte
el desierto que contiene el tiempo
cae fugaz y pereciendo renovado
en el mundo y su teatro vaporoso
a cada migaja de arena incesante
una multitud le edifica su mímica
con vacía urgencia perecedera
si sólo un tiempo serenara su tránsito
y durara en los ojos su oro instantáneo
si sólo un tiempo yacese un instante
con su velocidad indómita y ánima
el reloj desbocado huyendo de sí
y su ritmo análogo, avaro e insaciable
con arrojo y sed de alcanzar un más allá
y locomoción despiadada que prorrumpe
sin otra esperanza que arrollar ¿a qué?
si sólo un tiempo enlazara su enjambre
por sentir aunque sea un sólo tacto
si sólo un tiempo no fuera ya ceniza
ah! también, maldito Heráclito.