Paris Joel

ConfesiĆ³n

Tus palabras yacen en el piano de un pecho entrecortado,

anhelan el tacto en el blanco y negro,

el palpar cromático y suave.

Se estremecen como un gorrión aterido de frío,

las respiro sin reservas y ya no me avergüenzo,

pues, en verdad, no son tus palabras,

son las mías

antes de llorar.