No me mires así, que me enamoro, No te atrevas a sentarte junto a mi Porque no sé cuánto tiempo más Pueda aguantar dándote la espalda. Mis piernas y torso buscan acomodarse a tu lado, Soy pieza que encastra en la calma de tu pecho.
Pero no me abraces otra vez que el tiempo Se murió de envidia al vernos anoche. No me hables cerca que me encantas, no me des tu amistad que me mata.
Vos, dulce y prohibido capricho no peques al darme un beso porque el aura de tus labios, menta granizada, puede cavar y borrar registro de otras bocas
Haciendo que la tuya sea la primera y única no me condenes y no te castigues al corresponderme.
Porque intacta tenés el alma, muchacho de noble mirar, por favor...
No me prestes atención, Que afloran en mí, anhelos que no puedo vivir.