~ * ~Sinopsis:
~ * ~La dama pecadora llamada Irvana posee uno de los pecados más trascendentales y fue que un día amó a un hombre llamado Gregorio, haciendo que ése hombre fuera infiel, pero, Irvana gana la contienda cuando hace que se divorcie y se case con ella…
Sucesos:
Irvana ama apasionadamente a Gregorio. Irvana ama desesperadamente a Gregorio en un trance lleno de pasión, de amor y de vehemencia carnal. Irvana queda completamente extasiada, llena de fruición y de un gusto en deleite sexual. Irvana se regocija de tanto y por tanto que en el gozo sexual se identifica como la complacencia más satisfactoria de todos los placeres. Cuando en el alma y en el corazón de Irvana se siente como la suavidad de creer en la suave caricia de su amado y amante llamado Gregorio. Y figurando como el acto sexual más complaciente se da a la tarea de crear y recrear que el amor es como una burbuja de espuma que si se explota jamás vuelve a ser el mismo. El placer sin ser subrepticio quedó como dos gotas de agua sobre la cama de una habitación amando infielmente dando que la vida, el amor y la vehemencia carnal se sienten como gotas llenas de pasión de un calor extremo en la piel y en el cuerpo y deseando amar otra vez. La vida de Irvana y Gregorio se aman en el equinoccio de verano, sí, en una tarde con un sol intrascendente como en el alma y en el corazón de la mujer y del hombre como una sola verdad real. Irvana y Gregorio se aman sin medir consecuencias, ni fríos inertes en la piel y en el cuerpo, desnudando el cuerpo y más a la piel llena de un calor extremo y de sudores extraños cuando en el alma se cuece de ir y venir lejos de la falsedad siendo la más real de los instantes en que se aman más en ese tierno verano. Irvana y Gregorio en sus almas y en sus corazones abren en silencio de un insistente instante en que se aman bajo las sábanas y con ese sol de verano dando calor extremo a la osadía de atreverse a desafiar en el alma una luz que viene y que sale del interior. Irvana y Gregorio se aman sin malas consecuencias, con satisfactorio placer y sin pudor alguno de entregar el cuerpo y más la piel en dar la primera mirada por observar el calor y sudor extraño en la piel y en el cuerpo. La mujer Irvana y el hombre Gregorio se sienten desapercibidos al momento de dar una sola caricia en el alma y más en el cuerpo lleno de placeres satisfactorios en fruición deleitando a la piel. Y ellos se aman más y más cuando el tiempo caduca, siendo un hombre infiel, siendo el amante de Irvana se siente como el recelo de vida, como el calor en el alma y como un tiempo en que el alma no desea más que la luz de unos ojos enamorados. Irvana y Gregorio se dan a la tarea de creer en el alma suelta de luz cuando ha soltado todo destello en flas como un solo relámpago en la sola alma. La vida sexual de Irvana y Gregorio se da como la más extraña faena de creer en el amor a toda costa y siendo el amor más lleno de placer y tan satisfactorio que queda en la piel complacida de encanto. El amor para Irvana es toda la pasión convirtiendo la sazón en un eterno sabor. Irvana hace el amor con Gregorio, el placer sin ser subrepticio dolor se aferra a la idea en querer que la vida se siente como el suave y delicado amor y el placer en cada recelo de la vida. Irvana cree que el amor es pasajero y sin ser delicado, pero, atroz y veloz como el viento que roza en la piel desnuda de tiempo y de pasaje cuando en el alma va sin iras y sin supervivencias. La vida de Irvana quedó como el dolor, como el ir y venir lejos de la pura realidad cuando acechó el amor y la cadencia autónoma de creer en el amor vivo a toda costa. Irvana se dedicó en cuerpo y alma a hacer el amor con el hombre infiel llamado Gregorio, cuando quedó como la alborada pintada de flavo color y los cuerpos desnudan en la habitación donde se aman con todo el calor de la piel sintiendo el recelo de la vida y de la existencia en el alma desierta en esa habitación. Y en esa habitación quedó el amor entre Irvana y Gregorio como dos aves que vuelan lejos, pues, el amor y la pasión han hecho sus estragos como un desastre de crear que el amor va y va de magia en magia y que el amor queda como fechoría de los cuerpos sedientos de sed y de hambre y como dos ladrones de pasión y de amor quedan los cuerpos amando como nunca antes.
Irvana hizo que Gregorio le fuera infiel a su esposa por tantos años de fatiga incontrolable soportando a ése hombre como esposo. El carácter de ése hombre cambió para mal y no para bien. Y tratando de crear una fantasía sólo quedó como el recelo de una vida intrascendente como la cosa más infiel de todas las aventuras de hombres sin compasión. Y faltando a la vida y a la conmísera atracción se dio la infidelidad por parte de Gregorio y la esposa sin saber ni tan siquiera sospechar la pura verdad de que Gregorio es infiel. Gregorio enaltece la vida y el tiempo cuando en el recreo de la insistente verdad se cuece por una sola verdad. Gregorio en la insistente osadía de creer en el trance perfecto se dio como lo más impetuoso de todos los malos tiempos porque su esposa no sabe aún que es un hombre infiel y con una relación extramarital va y va lejos de su propia realidad. Irvana hace que Gregorio sea infiel y que su manera de amar haya cambiado, pues, ahora es más pasional y más libre en hacer el amor como el placer más intrínseco como poder sentir un orgasmo que lo llevó hacia la cúspide y a la cúpula. Irvana es la mujer de los sueños de Gregorio y él desea amar vehementemente a Irvana en esa habitación donde siente que la infidelidad no se da. Irvana amó con todo el amor que siente en su corazón a Gregorio en ese equinoccio de verano e hizo hacer pecar a la dama pecadora por un pecado que Gregorio fue infiel a su esposa. Gregorio piensa que el amor le corresponde a Irvana y que la decepción es fría y álgida como el viento perpetra, compenetra y visiblemente en el alma de Gregorio cuando la infidelidad hacia su esposa se da porque solamente ama a Irvana como la amante fría y sin sentido que amó con el sentido opuesto, adverso y viceversamente se dio recíprocamente el amor entre Irvana y Gregorio. La vida comenzó de cero cuando Gregorio fue infiel a su esposa con su amante Irvana dejando caer la sonrisa por felicidad frente a su esposa. Irvana comienza a despilfarrar momentos, amores y paz junto a Gregorio cuando lo amó en esa fría habitación cuando fue el equinoccio de verano, pero, un tormento le llegó a la mente cuando pudo saber que ése hombre es casado, es prohibido y es inhibido para sus ojos, para su corazón y para su vida. Gregorio, hombre, al fin y al cabo, tomó por el cuerpo y la piel y amó a Irvana como toda mujer queriendo llegar a su alma y más a su corazón, pero, siempre el recuerdo de la esposa de Gregorio se interpuso entre los dos. Gregorio le fue infiel por primera vez a su esposa llevando en su sano juicio el recuerdo de tener a una esposa y haciendo a Irvana la dama pecadora de toda la historia de la humanidad entre la relación de un hombre y una mujer. La vida de Irvana quedó abatida, adolorida, llena de tentación forjando un solo pecado y fue amar a un hombre infiel. Irvana es la dama pecadora de la vida infiel de Gregorio cuando el amor y el alma y el corazón no se detiene en la fuerza de creer en el recelo de la única verdad en amar a Gregorio. Irvana se dio lo más pernicioso de todos los tiempos cuando en el ocaso y en aquel equinoccio de verano en saber que la vida, el amor y el corazón se convierten en infieles cuando Gregorio está prohibido, casado e inhibido para los ojos de Irvana. Gregorio es el hombre más infiel por primera vez con Irvana cuando en el acontecimiento de creer en el alma y en el fuego de todo torrente sin sabor no se detiene ni la conmísera mala atracción de dar una virtud y una carencia de creer en el alma y en el desierto frío. Gregorio, en el alma de dar una virtud no se detiene una fortaleza ni una fuerza para caer rendido ante los brazos de Irvana cuando sólo una verdad quedó como pasaje de ida y sin regreso. La infidelidad de Gregorio fue por primera vez cuando amó a Irvana en ese equinoccio de verano.
Irvana sentada de frente a ese espejo que refleja a su alma perdida como náufrago perdido en el mar desértico si quedó como un delirio delirante de un fuego atroz. Irvana y el yerro cometido como la dama pecadora en haber hecho pecar a Gregorio siendo infiel a su esposa, sólo, le converge quizás o tal vez algún fruto en demostrar que sí se puede amar aunque sea con un amor infiel. Irvana y su temple edifican un tormento álgido como poder ser la amante y la dama pecadora amante de Gregorio. La dama pecadora cree que su yerro obtendrá un fruto adecuado por ser la única amante de Gregorio y que algún día será la dueña de la vida de Gregorio. Gregorio se aterra en percibir que el error de Irvana fue entregar la vida, la pasión y el amor en cada recóndito corazón sabiendo que la vida atormenta como tan álgido es el viento que roza a la piel. Irvana cree que su situación tendrá un fruto aunque esté prohibido será el verdadero amor de Gregorio. Irvana sabe una cosa y es que ama a ése hombre a pesar de todo lo que ha sucedido con ella y con ese amor. El fruto real que obtendrá Irvana en el trance de amar a ése hombre llamado Gregorio y con ese amor que acaba de emerger y que emana de la realidad y de la fría verdad se enfrasca la cobardía en ser como la esencia y la presencia de dar una comitiva en amar a ese fruto que obtendrá de ese amor. La infidelidad de ése hombre que acabó en el trance directo en amar lo que terminó como la osadía de dar una sola esencia se dio como el vacío de amar a un amor como la dama pecadora de ese pecado en pecar y ser tentación como lo más inefable de todo. Irvana quedó como la rosa prendida y como la luz encendida de un alma se devasta de rica sensibilidad y de satisfacción carnal cuando por hacer el amor entre dos almas amantes se electriza el convenio de ofrecer y obtener un fruto deseado de ese puro amor y no precisamente es un hijo sino el amor completo para ella de ése hombre llamado Gregorio. Irvana quedó pasmada como la única esencia de creer que el fruto es como es. Cuando en el alma de Irvana se desviste de luz y de esencia autónoma de dar una insolvente caricia de creer en el alma muerta de espantos cuando el fruto no llega en amar a Gregorio como un amor de esos que quedan en el corazón. El error de Irvana cree en la forma de atraer en el corazón una esencia, una virtud y con exactitud de creer en el alma como dos formas y dos corazones en una sola fortuna del alma como una razón. El error de Irvana se acerca a enfrentar la razón más perdida de todos los tiempos cuando arde el temor de ser incierto como el pasaje de ida y sin regreso y sin un recuerdo bueno de atraer el amor como el único error. El error no se detiene en el alma de Irvana cuando ella ama como nunca, pero, a un hombre infiel como lo es Gregorio con su esposa deseando ver el cielo de gris tormenta cuando no se divorcia sino que continúa una infidelidad tan original como innata desde su propio corazón. El error de Irvana se dedicó en la fuerza y en la manera de creer en el desastre de atraer que su error pueda obtener un fruto como lo es divorciar a Gregorio con su esposa y poder hacer que se case con ella, pero, es sólo suposición entre la mente y el corazón de Irvana. Irvana en el trance perfecto de dar un error en su corta existencia creyó en la soledad con la tempestad que lleva entre su alma y su corazón. Gregorio y en el altercado frío como imposible en el acto infiel de su parte conlleva una sustracción ineficaz de creer que su mundo no cambia para el bien común. Irvana en el afán de amar a Gregorio quedó como el error más grande de vida y de su corta existencia cuando en el trance perfecto quedó como el mismo dolor en el alma socavando muy dentro de su corazón. Gregorio quedó como el dolor o como ser infiel en el inmenso error de Irvana.
Irvana le ruega a Gregorio que se vaya lejos de la ciudad con ella, pero, Gregorio no puede jamás abandonar a su esposa. La vida entre los celos y la virtud de Irvana realiza estrategias frías en creer que la infidelidad se deshaga como si no se disuelve la sal del mar en su corazón. Si para Irvana en el altercado friolero de su pobre e insistente corazón se debe a que el corazón de la mujer Irvana se identificó como el defraude total de una sola verdad. Irvana le ruega y le suplica a Gregorio que se marche junto a ella lejos de la ciudad, pero, queda adherido a la falda de su amada esposa todo porque es la madre de sus hijos, la esposa fiel y real y que por ninguna mujer dejaría por otra mujer. La vida de Gregorio se esfuma como espuma del mar porque la vida interfiere entre él y su amante que es Irvana. Gregorio prefiere morir antes que marcharse con Irvana hacia otra ciudad donde su esposa supiera la verdad, la fría verdad que le fue infiel con Irvana. Irvana ruega y suplica con fe que Gregorio haga maletas y se marche con ella. Irvana inventa varias situaciones para distraer con la verdad a la esposa de la infidelidad de Gregorio, pero, ninguna situación le conviene para persuadir y manipular la decisión de Gregorio en marcharse lejos con ella. Irvana inventa lo que desea y lo que quiere con tal de ser feliz al lado de Gregorio. Irvana lejos de la realidad automatiza la espera inesperada de creer que su mundo es fuerte como débil es su corazón, pero, sólo siente que su alma tiene luz como la luz del lucero cuando alumbra todo alrededor dentro de sí. Irvana cree que su mundo no cambiará cuando en el alma se cuece una luz, un amor y una pasión en su propio corazón. La vida de Irvana queda adherida a la vida de Gregorio cuando no desea marcharse junto a Irvana lejos de la ciudad para poder ser feliz, pero, Gregorio no deja a su esposa ni por un momento en que se ame verdaderamente. Irvana desea por todos los medios ser la mejor amante para Gregorio, pero, no, no podrá compararse con la madre de sus hijos. Irvana cuece su alma y su corazón de un latir fuerte como es amar sin condiciones, con pasiones y emociones buenas para poder ser completamente feliz sin pretensión ni ajoro con el amor de Gregorio. Irvana quedó como el dolor o como la magia de creer que Gregorio no la quiere más ni que el recelo de la verdad se dio como la más débil de los momento cuando él no quiso aceptar las estrategias inventadas por Irvana para hacer de su infidelidad una falsa ante la esposa de Gregorio, pero, él no abandonará a su esposa por nada ni nadie y más si le dio hijos y es la madre de sus hijos. Gregorio cree en el alma ciega o como el tiempo sin la luz que emana de las dos alma entre Irvana y Gregorio para atraer al amor en esa habitación donde se cuece el alma y más el calor humano entre ambas situaciones. Irvana sabe una cosa que el celo de la manera de ver al cielo de una forma extraña de creer en el amor a toda costa de saber que su único amor es Gregorio y que la vida le otorgó una sola oportunidad de saber que el amor es como la gran suerte de creer que en el ocaso o en el sol se da el amor verdadero de amar bajo la tutela del calor. Cuando en el alma y en el amor se dio como el reflejo de la idea más conveniente de creer en el amor en el solo corazón y que ama como nunca antes en devolver a la razón la idea más descabellada de marcharse con Irvana lejos de la ciudad. Y con una gran suerte quizás pudo ser la amante con la única verdad, pero, en el alma y en el corazón amar como nunca antes aunque sea tan cerca y no tan lejos como una lejana suerte de marcharse lejos junto a ese amor llamado Gregorio. Irvana quedó como la única verdad de creer en el alma y en el corazón amando como nunca antes y quedó triste, abatida y tan adolorida que quedó en soledad junto a su corazón sólo amando a Gregorio.
Irvana busca a Gregorio siempre y cuando sea en esa habitación donde se aman con locura y tortura. Irvana quedó como el dolor o como las mentiras más inconsecuentes que toda la relación entre Irvana y Gregorio. Irvana quedó con el dolor en su interior y más en el corazón amando como nunca antes a Gregorio, pero, en el alma y en la calma se dedicó en ser como la mujer amante más poderosa y siendo la dama pecadora que pecó con una infidelidad de parte de Gregorio quedó la mujer como un dolor que no puede ir lejos de su propio corazón. Cuando Irvana y Gregorio se aman, pero, ésta vez él le dice una cruel y vil mentira y que no la ama más. Irvana queda con dolor en su alma y en su corazón buscando la forma y la manera de creer en el trance de la verdad cuando es la mentira fugaz que expresa Gregorio. Irvana cree que su dolor es transitorio y que la mentira es mentira y falsedad de un instante, pero, no, es la certeza de que Gregorio no la ama. Irvana cree que la mentira es tan cierta como poder tener la certeza de creer que esa mentira es fuerte como el alma con la luz o que en el corazón existen latidos fuertes. Cuando en el alma y en la certeza se dio como la única verdad de que el ritmo de la mentira fue como la verdad de un desastre de creer en el trance directo de una sola mala insistencia. Si dentro del alma y del corazón de Irvana y Gregorio se miran como una pareja dispareja que no sienten ni aman ni controlan a su amor como la pareja de amantes más insolventes. Irvana siente el dolor más fuerte de creer en el alma como de costumbre en saber que el tiempo dicta lo que vindicta dicta un amor como ninguno entre Irvana y Gregorio, pero, en el desastre de esa cruel mentira es un suburbio a la caricia. Cuando en el alma y en el corazón se dedicó como la fuerza en ofrecer el calor, la pasión y en el corazón una sólo latir inerte y tan fuerte como el rumbo tomado en caer en el corazón enamorado. Cuando en el alma y en el corazón de toda la razón se siente y se percibe que Irvana y Gregorio se aman a costa de la única razón. Gregorio le expresó a Irvana que no la ama ni quiere marcharse lejos con ella, pues, en el camino y en el destino se aferró a la mala idea de creer en el amor totalmente. Porque cuando en el alma quedó como toda mala idea se aferró a la idea de creer en el desenlace irreal. Irvana sólo siente que esa mentira tan fuerte en su propia alma es tan fuerte como el dolor petrificado en su propio cuerpo desnudando la impoluta verdad. Irvana cree que esa mentira de Gregorio le funde el alma sin luz y sin latido en el corazón. Irvana cree que esa mentira es mentira y que no puede más que poder ser la mujer, la pasión y la vehemencia en cuerpo y alma, pero, sólo, queda como la impoluta verdad que el cielo y la verdad se unen al compás de una sola mentira que expresa Gregorio. La vida de Irvana, sólo, siente y presiente que la vida, la forma y la manera en creer que la fortuna de esa verdad queda en manos de la falsedad y de la mentira socavando tan fuerte en quedar abatida, adolorida e insípida demostrando que la verdad puede ser la mentira de Gregorio, pero, no, no es la verdad. Irvana, sólo, quiere que esa mentira sea falsa, pero, las palabras de Gregorio le parecen que son ciertas. La certeza de Gregorio en expresar esa cruel y vil mentira le hacen a Irvana ver a un abismo frío y condescendiente cuando libera poros y toxinas por haber escuchado la vil mentira de Gregorio frente a Irvana. La vida de Irvana quedó adolorida, insípida, malherida y muy incrédula cuando se atemorizó de un espanto por haber escuchado la vil mentira de Gregorio. Irvana quedó maltrecha y muy herida en el sentido de creer en esa vil y cruel mentira como el trance en decreto por el secreto que guardan tanto Irvana y Gregorio por ser amantes de ocasión y no amantes perfectos que se aman a la intemperie y barbarie de un sólo amor en el corazón.
Irvana va de camino en busca de Gregorio que no lo ve hace tres semanas. Irvana, después de haber escuchado de Gregorio esa expresión de la vil mentira, se pierde Gregorio por tres semanas sin Irvana saber de él. La vida enternece como perece con la crueldad sin saber del paradero de Gregorio durante tres semanas de insistente perdición cuando Irvana decide ir en busca de Gregorio porque lo extraña y lo hace perdido. La vida de Irvana yace en el destino y en el camino frío de presentir una fuerza espeluznante, estrepitosamente y maravillosamente extrae recuerdos en vivir y por haber hecho de aquella habitación todo el amor como amante de Gregorio y sólo piensa en regresar en el ayer sólo para recordar tal suceso por haber amado incondicionalmente a ése hombre que se llama Gregorio. Irvana cree que la vida apenas comienza como poder servir a un amor, una pasión, una vehemencia en el cuerpo y en el alma socavando en la fuerza por amar lo que encrudece de tiempo, fuerza y espíritu por saber que Gregorio prefiere a su esposa antes que a Irvana. Irvana por ser la vil amante es tan siquiera un pedazo o una triza del corazón de Gregorio cuando ella cree que la vil mentira socava muy dentro de ella sin apenas tentar al corazón en abandonar a Gregorio. Irvana quedó buscando a Gregorio que hace tres semanas que se ha desaparecido de la vida de Irvana y que se ha perdido entre escombros del corazón y amando sin consecuencia a su sola esposa cuando Irvana sólo es la amante de Gregorio. Hace tres semanas que Irvana no ve ni ama a Gregorio desde que ha desaparecido con su esposa de hace más de dos lustros. Irvana cree en su interior que Gregorio la ha abandonado por su esposa, pero, no, no aún. Irvana quiere encontrar el paradero de Gregorio, pero, no desea hallar a la esposa de Gregorio junto a él. Irvana cree en su subconsciente que Gregorio se ha marchado lejos con su esposa, pero, no, no aún no se ha ido lejos ni la ha abandonado, sino que aquella mentira que expresó Gregorio a Irvana le ha dolido hasta en el alma. Gregorio se va lejos de la vida de Irvana cuando al acecho de la impoluta verdad ha quedado sin destino ni camino a seguir cuando el amor de Irvana lo es todo para él. Si Irvana quedó como el deseo o como la vaga idea de creer en el alma muerta de la espera inesperada cuando busca a Gregorio por haber desaparecido desde hace tres semanas. Si el destino para Irvana y en contra de toda crueldad se da la osadía de dar una sola espera inesperada en saber dónde se halla Gregorio, pues, la cobardía se siente como la ira inesperada en una sola verdad inocua. Irvana va y va en busca de su hombre, pero, ése hombre es casado y no espere que ése hombre pueda ser para ella. Irvana se siente como el deseo o como la esencia en presencia de saber que el amor entre Gregorio y ella, se consume en su interior. Irvana y Gregorio se aman como dos amantes, pero, en el alma y en el corazón se sienten como dos gaviotas, como dos golondrinas, o como dos gorriones. Y en el alma de Irvana se concede como la ira o como la soledad fría se percibe como la esencia y la presencia de la ausencia de Gregorio cuando en el alma se descubre la cobardía en el trance directo. Faltando a la mirada de Gregorio sólo le dio con automatizar la vista hacia el horizonte o hacia el mismo lugar donde se halla Gregorio desde hace tres semanas. Irvana acordó en buscar a Gregorio en el bar cercano donde lo conoció una noche pacífica dando preámbulo sosegado a una paz incontrolable en querer amar lo que concuerda la raíz de su corazón en buscar a Gregorio por todas partes hasta poder hallar a ése hombre. Y Gregorio causó con la penumbra de una soledad latiendo pulso a pulso y amando gota a gota con la única verdad en amar con el amor de Irvana.
Irvana no halla a Gregorio por ninguna parte ni en el bar ni en su hogar con su esposa. Irvana no lo halla y comienzan los celos incontrolables entre su corazón y sus pensamientos. Irvana quedó como una sola verdad inocua en saber que los celos son incontrolables e eficaces y tan dominantes en querer solventar la fuerza y la manera de creer en el alma muerta de un sólo espanto. Cuando en el alma de Irvana se dio la misma fuerza de amar, pero, quedó todo como el mismo desenlace fatal. Y en querer amarrar el alma de Irvana se siente como el desafío triste y muy convidado entre el querer y el amar sobre el desierto frío a Gregorio, pero, los celos incontrolables se enfrascan en la vida y en la mala herida marcando un trayecto directo hacia el más inestable de los momentos más fríos sentir que el alma está muerta. Irvana se siente como el desafío incontrolable de creer en el alma llena de espantos fríos cuando en el alma se siente como el ruido o como el insolvente instante que Gregorio no está con Irvana. Porque cuando en el alma de Irvana se siente como el capricho exótico se siente como el alma una sola verdad y tan impoluta como el ademán frío. Y en envenenar la vida se siente Irvana como solapando la mirada y en cada suspiro llena de celos incontrolables e indeseables como poder sentir en la fuerza y en la nobleza de querer caer en el recelo de los celos dominando hasta a su mente. La vida de Irvana se cuece de tiempo y de una inestable redención cuando en la alborada no halla a Gregorio ni en el bar ni en el hogar ni en el trance directo de creer en el alma de ella como los celos más incontrolables e indeseables y más dominantes en todo su cuerpo. Irvana queda con el dolor más frecuente dentro de su alma cuando en el afán de dar y de otorgar felicidad se le va la vida en un instsinto tan sosegado como la pena en el alma. Irvana quedó con los celos más incontrolables cuando en el ademán y tan frío se desnuda el alma de álgidos celos como los celos hacia su amante Gregorio por desaparecer por tres semanas sin notificar de su paradero. Humillante son los celos de Irvana cuando ocurre el dolor y la desesperación sin encontrar a Gregorio a su alrededor ni saber de él. Irvana quedó como los celos más indomables destrozando vida, corazón, ternura, pasión y emoción. Irvana quedó como la vehemencia, como la locura, como la pasión en subrepticio y caricias sin ser ofrecidas. Esa habitación quedó maltrecha, llena de dolor sin apaciguar, llena de oscuridad y sin el sol que emana del cielo y como un cometa sin luz. Irvana quedó a la deriva sucumbiendo en un mar perdido y nadando en contra de la corriente sin poder llegar a la orilla. Irvana en aquella noche llena de amor, desesperación por amar y vehemencia carnal amó a un hombre infiel, a un amante de ocasión y a un hombre, el cual, su corazón está enamorado aún. Irvana quedó naufragando en el mar perdido donde el mar ahoga, mata, hiere, pulso a pulso, gota a gota y quema la piel en el agua, pero, es trascendental su esencia, su presencia y una ausencia de Gregorio en esa cruel y vil habitación cuando en el frío viento recorrió toda vida de Irvana. La vida de Irvana quedó automatizando la espera inesperada en saber que Gregorio sin llegar aún ni regresar a la habitación a amar a Irvana. El interior de Irvana se cuece de dolor y frío cuando los celos incontrolables hacen estragos dentro de ella y ella comienza en la búsqueda de ese amor que ha desaparecido por tres semanas de su habitación. Gregorio se marchó lejos pensando solo en su propio corazón, en el coraje de amar y en las fallas y faltas que ha cometido enamorando a Irvana cuando ocurre lo que desea y es marcharse tan lejos como sin poder mirar ni observar a los ojos de su amada que pide que se marche lejos junto a ella, pero, no, no lo puede hacer aún.
Irvana cree que su mundo se ha vuelto pequeño y que su manera de observar que Gregorio no regresa piensa que él no la ama. Irvana se cuece de dolor cuando sus celos incontrolables, indomables y dominantes van en busca de su amor, de su amante y de su hombre perfecto para poder amar en verdad, pero, quedó todo como sorpresivamente inocuo el momento cuando Gregorio sin aparecer en aquella habitación se cuece de dolor y de frío tiempo. Irvana cree que Gregorio no la ama y que él se ha marchado lejos para no poder dejar a su esposa. Irvana, sólo, piensa que Gregorio no la ama y que se marchó lejos en busca de calor, de amor y para vivir con su esposa, pero, es que Gregorio hace tres semanas sin aparecer llama la atención de Irvana y es que ella cree que Gregorio no la ama. La vida de Irvana se cuece a temperatura a fuego lento, un amor, una pasión, una caricia y una vehemencia tan sustancial como insolvente es el amor en el corazón como el latido que vive en ella. Irvana cree que Gregorio no la ama y que se marchó lejos en busca y en poseer a todo amor en el corazón cuando el alma y la pasión se unen en busca de un solo amor en el camino. La vida para Irvana comienza a desfallecer cuando hace tres semanas que sin encontrar a Gregorio se va de la vida, del amor y de la pasión vehemente en subrepticio temor de no hallar a su eterno amor, amante y hombre, el que ella ama con todo su corazón. Irvana queda abatida, adolorida, insípida y muy inestable sin saber el paradero de Gregorio cuando hace tres semanas a desaparecido por completo de la vida de Irvana queriendo socavar muy dentro de su propia alma cuando en el alma de Irvana se cuece de temor, ansiedad y preocupación por encontrar a ése hombre, a ése amante y a ése amor. Irvana cree que Gregorio no la ama y sin buscar la fría verdad de que Gregorio se ha marchado lejos quedó como el recelo de la certeza e impoluta verdad de que se fue lejos sin su amor Irvana. Irvana en esa noche mágica y en esa fría habitación se cuece de impoluta certeza cuando en el alma y en el corazón de Irvana se da la mayor parte de creer en la pura verdad de que la fuerza se siente como la paz incontrolable como esos celos indeseables y dominantes que Irvana siente en su sentido cuando sin aparecer Gregorio queda como la debilidad en carne propia. Irvana quedó como en su esencia y en su presencia lo que conlleva una atracción diferente de caer rendida ante esa habitación que atrae en la vida una sola verdad de que Gregorio sin aparecer ella lo recuerda así… En esa noche del equinoccio de verano hacen el amor como nunca antes. Dos amantes, dos gaviotas, dos golondrinas o dos gorriones, que se aman en territorio conocido cuando se albergó todo el amor en el corazón o en el alma llena de luz. Si todo el amor en el alma y en el corazón se dio como el verdadero amor en el trance directo de creer en el alma desierta se cuece de delirios fríos y de delirante delirio cuando amó a ése hombre infiel que sólo el amor le dejó abierta el alma y abierta a los deseos en sueños deseables. Irvana se vio como el amor amando al amante más deseable de todos los deseos cuando en la alborada empieza a decaer en el trance directo de creer en lo estupefacto y en lo anonadado de sentir el amor en el cuerpo, en el alma y más en el corazón. Gregorio la amó descontroladamente y con un amor a sapiencia, en saber qué caricia le agrada a Irvana y la que sin gustar quedó como el recelo del mismo corazón. Y sin depender de la sola razón de Irvana como la impoluta verdad quedó como la fiebre en el corazón, y como en la habitación ese calor de verano en ese frío equinoccio. Cuando en el deleite o en el delirio de Irvana quedó como el recitar en la esfera de la luz de luna una sola verdad que el amor de Gregorio y lo recordó y que es todo.
¿Qué hace Irvana?, si Gregorio sin aparecer en cuatro semanas se cuece el alma ella a fuego lento como el amor que sólo tiene y posee ella en el alma y más en el corazón. Si en el alma de Irvana se siente como el pasaje de ir y ver el cielo lleno de lluvia mojando a sus sentidos y más a su corazón dentro del recelo de creer en el alma y en el amor. ¿Qué hace Irvana?, cuando hace cuatro semanas que sin aparecer en esa habitación Irvana sólo piensa difundir la idea de cómo encontrar a Gregorio en el afán de amar, de entregar su corazón y el afán de obtener su amor. La vida para Irvana desde entonces se cuece de un tiempo en que la vida y el temor se aferra por sentir que la vida horroriza por no regresar el amor a ella. La pasión, el amor y la vehemencia entre Gregorio e Irvana se da la mejor situación cuando ocurre lo mejor entre ellos dos. Irvana sólo piensa en hacer que regrese Gregorio a su vida, pero, ¿qué le ocurre a Gregorio?, si después de aquella noche de pasión entre él e Irvana se marchó lejos dejando una estela o un rastro de sensibilidad en el corazón de Irvana, pero, ¿dónde quedó el amor, la razón y la pasión? Si Gregorio se hubiera marchado lejos sin dejar paradero ni rastro ni estela como perdido en un vuelo que jamás ha de regresar. Irvana quedó como un desierto, como un mar, como un cielo lleno de lluvia mojando sus sentidos y más a su pobre corazón ansiosa, desesperada e inerte en la inmovilidad de un cielo lleno de lluvia pasajera y esporádica, pero, con un diluvio dentro de su corazón. Irvana cree que sus sueños son pasajeros, inestables e insípidos, pero, son tan reales como la lluvia en el mismo cielo cuando amó realmente a Gregorio haciendo que éste hombre fuera infiel a su esposa. Irvana, luego intensificó sus fuerzas para que él se marchara lejos con ella, pero, en el trance directo solo se ha marchado y no ha dejado rastro ni estela socavando la idea sin aparecer durante cuatro semanas. Gregorio se da a la tarea de convertir una relación en realidad cuando el amor, la vehemencia y la pasión se siente y se presiente como la eterna luna llena cuando en esa habitación se amó completamente dejando el amor y la pasión sobre la cama vestida con sábanas blancas. Y, en ese equinoccio de verano curtido por el sol de mayo se amó, se entregó el amor, la pasión y la vehemencia en cuerpo y alma entre Irvana y Gregorio deseando abrir brechas en esa relación y dejar de ser infiel, pero, fue la primera vez que amó a ésa mujer que lo dejó en locura, en tortura y con una aventura en fortuna. La vida se cuece de espantos cuando Gregorio se marchó lejos dejando una huella intacta en el cuerpo de Irvana desnudando la alborada y la paz hasta saciar el tormento de querer amar a ésa mujer en el equinoccio de verano entre sábanas blancas curtidas por el sol de mayo. Irvana es la mujer de los sueños de Gregorio porque cuando la amó pudo saber una sola cosa y es que los sueños se hacen realidad cuando en el alma y en el cuerpo se dan la misma fortaleza en poder amar. La verdad y la insistencia en la vida de Irvana se siente como el desafío en poder lograr que ése hombre sea suyo y para siempre, pero, en el alma de Irvana se debe a que la verdad se entristece de tanto y por tanto. Si en el alma de Gregorio se cuece de espanto cuando llega sin avisar a la vida de Irvana deseando abrir brechas y cometiendo el acierto más eficaz de toda su vida y existencia cuando llega sin extrañar ni soportar estar sin amor hace cuatro semanas cuando se marchó lejos de la vida de Irvana dejando una estela y un rastro insensible como una huella intacta en la vida de Irvana. Gregorio, sin más ni más, llega sin avisar a la vida de Irvana y ella lo mira a los ojos fijamente como sentir una fuerza o una debilidad en el alma buscando descifrar la vida, el amor y la pasión e Irvana se fija que Gregorio ha regresado a su vida.
Irvana y Gregorio se miran fijamente a los ojos como buscando una salida, un capricho o un sortilegio en sus ojos para poder salir de ese desenfreno total del amor en cada recelo del corazón amando como nunca con tan solo mirar a los ojos uno al otro. La vida comienza a despilfarrar fortuna, delirio y un amor con la ventura de la locura por amar con vehemencia, calor y pasión llevando al amor por el camino de la impoluta verdad que el amor para Gregorio e Irvana es un amor como nunca antes presentido nadie. Gregorio mira fijamente a los ojos de Irvana y le expresa que…-¨la vida me ha hecho ver el cielo, la montaña, la playa, el mar y el desierto y sólo lo vi en tus ojos de mujer amante enloqueciendo el temor en dejar el alma fría porque me fui y dejé una estela, un rastro y una huella indeleble en el camino para que usted pueda saber que el destino y el camino se entrelaza para saber y desear en delirante trueno y centella cuando la lluvia cae del cielo y realiza un relámpago en flas destello y por fin todo lo pude ver entre tus ojos de mujer amante, de amor enloquecido y de pasión vehemente cuando en el altercado y en el frío se llena la piel de un calor como aquel sol de mayo sobre las sábanas blancas curtidas por el equinoccio de verano y pude saber que entre tus ojos está todo mi amor, pasión y vehemencia sin ser en subrepticio calor y sólo deseo que tu amor corresponda a mi amor casándote conmigo, con mi amor, con mi pasión y con mi locura de entregar el calor en el recelo del alma cuando en el calor queda en la sola piel y en el sólo deseo del capricho de amar con locura y con tortura desafiando el tormento y la incoua verdad de que el instinto es amarte, mujer amante con todo mi amor y mi pasión y de rodilla te pido a que te cases conmigo, pues, el amor ha tocado mi alma y a mi corazón de sedienta alma y corazón de tu cuerpo y alma, sólo quédate conmigo, amor…¨-, Irvana lo mira fíjamente a los ojos y acepta la desición de Gregorio, pues, era su hombre, su amante, su amor en el alma y más en el corazón siendo la dama pecadora, la que hizo un día pecar a ése hombre siendo infiel a su esposa.
FIN