Tu piel tiene el oro vivo
de un mango en plena sazón,
y tu aroma es tan cautivo
como el jugo del limón.
Tus labios son la dulzura
de una sandía en verano,
y en su roce, la ternura
de un durazno en mi mano.
En tu andar siento la brisa
de un guayabo florecido,
y tu risa es la caricia
del coco recién partido.
Tus ojos son dos cerezas
que deslumbran al mirar,
y en ellos mi amor tropieza
como fruta en un palmar.
Eres piña, eres tamarindo,
eres papaya y pasión,
un banquete que en su nido
llena entero el corazón.
El amigo Freddy ha aportado otras frutas al poema que a mi me faltaron: Gracias
Así como las frambuesas
te faltaron muchas frutas
que muy ricas las disfrutas
con su dulce te embelesas.
Me recuerdas al zapote
porque tiene su dulzura
como fruta que madura
va comiendo algún cipote.
La naranja y mandarina
con su grata redondez
tú la comes una vez
y te dan su vitamina.