Tuve una pasiflora llamada Flor de la Pasión,
que junto a mi amado la plantamos a principio de un verano,
me duró ocho años, es curioso los mismos que hace que no estás vivo,
quizás sabia que te habías marchado y quiso estar contigo.
Me dolió horrores que se muriera la planta,
un verano, y yo no engaño, me dio 77 flores estaba espléndida
era muy bella, incluso había flores gemelas
las dos clavaditas como dos hermanitas, la foto lo demuestra,
Lloré en silencio delante de ella, le di mi sincero adiós,
ya me daba avisos, de que se estaba muriendo,
hice de todo cambie la tierra, le di abono, la mimé,
pero las plantas son una vida, nacen crecen se reproducen,
y también enferman y se mueren,
le había llegado la hora, quizás sabia que él ya verla no podía,
y se fue este verano del presente año,
y que vacía se nota la terraza sin esa linda planta.
La cogimos estando enfermo mi esposo,
por orden del oncólogo dijo que saliéramos fuera un fin de semana,
para que él no pensara en los momentos tan malos que pasaba,
nos fuimos a Salou, allí cogimos de un muro une esqueje,
de los Apartamentos donde estuvimos,
pensamos que no agarraría era muy pequeñito
no lo cogimos del jardín lo cogimos del muro de afuera la calle
y lo plantamos juntitos, y creció preciosa la planta
crece como si fuera una enredadera va trepando, la tienes que ir atando
y conduciendo para que se haga extensa,
y se hizo grande y hermosa, yo estaba dichosa.
Nos dio gran alegría mi Miquel, vio algunas flores, no todas, claro,
y nadie sabe como sentí que muriera esa flor tan bella,
y que grande y sola está la terraza sin tenerla.
Eternidades
(La foto es mía, son las flores gemelas que me daba)