En el vasto cielo, un manto de terciopelo,
brillan las estrellas como sueños en vuelo.
Susurros de luz en la noche se asoman,
cantando secretos que el viento desploma.
Cada estrella es un faro, un deseo perdido,
en la penumbra danzan, un canto encendido.
Bailan en el firmamento, danzas sin fin,
tejiendo en el aire un manto de marfil.
La luna, guardiana, en su trono resplandece,
acaricia las sombras con un brillo que crece.
Constelaciones brillantes, relatos del cielo,
guardan nuestros anhelos, susurros del duelo.
Oh, manto estrellado, de belleza infinita,
tu luz es el camino que el alma necesita.
En cada parpadeo, un eco del tiempo,
en el vasto silencio, florece el sentimiento.
Así, bajo el refugio de tu esplendor divino,
los sueños se elevan, danzando en destino.
Estrellas centelleantes, en su danza sincera,
nos envuelven en magia, su luz es primavera.