Yeshuapoemario

Con un mismo objetivo, todos ellos perseveraban en la oración (Hech. 1:14).

 

En la unidad de propósito, la oración se alza,

como un coro en ferviente abrazo.

Con Hechos como guía, la fe nunca se raza,

y en la comunión, hallamos nuestro espacio.

 

El espíritu santo, soplo divino y puro,

es quien nos capacita para proclamar,

enfrentando a un adversario oscuro,

con la palabra, su sombra a desvelar.

 

Satanás, en su furia, intenta silenciar,

mas la verdad resuena, fuerte y sin cesar.

En la predicación, su derrota anunciar,

y en cada gesto de fe, su poder limitar.

 

No es con fuerza humana, sino celestial,

que la batalla se libra en este plano terrenal.

Con cada acto de amor, un golpe a la maldad,

y en cada oración, una victoria sin igual.

 

La aprobación divina, dulce y consoladora,

nos impulsa adelante, nos mantiene en la senda.

El espíritu santo nos guía, nos fortalece y restaura,

en el ministerio, nuestra entrega se encomienda.

 

Obstáculos y pruebas, no son más que un velo,

que con fe y esperanza, podemos traspasar.

El espíritu santo, nuestro eterno anhelo,

en la oración pedimos, y nos viene a habitar.

 

Insistamos en la súplica, con corazón sincero,

que Jehová, en su infinita bondad, escuchará.

En la comunión con Él, no hay nada primero,

y en su espíritu santo, siempre confiará.