He querido venir esta tarde
por caminos que sé que frecuentas…
a esconderme del mundo que ruge
y a encontrar esa paz que reflejas.
Y aquí estoy yo, prisionero tuyo,
esperando que lleguen tus huellas,
que liberen tu alma dormida
y despierten mis ansias eternas.
Tu sonrisa se irá con la brisa,
por caminos de polvo y estrellas…
y mi yo, que soñando se duerme,
seguirá tu camino de vuelta.
Yo sé que tus ojos a mí no me ven…
pero sé que me saben muy cerca.
El silencio que te habla de mí
sé que suavizará mis ausencias.
Y por eso te sientes feliz
porque sé que tú sabes mi espera…